Fushitsusha- Mabushii Itazura Na Inori (2012)

Fushitsusha- Mabushii Itazura Na Inori (2012)

Habla japonés o púdrete motherfucker! Mabushii Itazura Na Inori es un tema perfecto, perfecto en el universo Haino, ya que le permite a nuestro héroe favorito del japanoise explayarse a gusto den lo que mejor sabe hacer usar su voz como instrumento y usar su guitarra como si fuera su propia voz, Mabushii Itazura Na Inori se llama la primer pieza y así se llama también el disco, segundo disco (Hikari To Nazukeyo, del cual hablamos aquí) de los Fushitsusha este año, asunto que se torna por demás extraño y misterioso ya que anterior a este año las apariciones de discos de los Fushitsusha eran tema bastante esporádico, lo cual no es queja, por el contrario, es un aplauso, ya que material del buen Keiji Haino y compañía siempre será bienvenido, iniciando con este primer tema, tan atmosférico y oscuro, con un Haino ululando a lo largo del tema como espíritu en pena, bajos reptantes a cargo de Mitsuru Nasuno (no confundir con mi Tsuru de la Nissan!) como los que nos recetaba Hiro Yamamoto, bajista original de los Soundgarden, bajo sucio, que se arrastra y que otorga a la pieza una calidad animal impactante, una batería que avanza a paso lento, en lo alto, abusando de los platillos y escapándose de la rutina de anclar los ritmos, y como línea media la guitarra de Haino, y por si fuera poco, Haino otra vez doble trackenado la voz- fantasmal, aguda y grave como de canto de monje tibetano- para lograr un fascinante efecto.

Tokisumasarerunoha…es un funk bizarro fascinante, que pareciera salido e la mente de Arto Lindsay, si Arto estuviera más fascinado por  Japón que por Brasil, Haino intercambia lánguidas vocales que repiten el titulo de la pieza con rasgueos filosos de guitarra y agudas líneas de esta, con una batería tímida y un bajo que libera líneas demenciales que se atraviesa con las melodías de la guitarra de Haino, aquí todo es caos, como en película de Buñuel, como libro de Burroughs o como un blues del Captain Beefheart, o bien podría ser el más rabioso Derek Bailey en un jam con mis admiradas Shaggs, lo cual en teoría suena delicioso.

Sashidasaretamama es aún más disparatada que la anterior, pareciera que el bajo la guitarra y la batería se negaran por completo a ponerse de acuerdo y a compartir espacio, genialmente Haino y compañía ensamblan casi por separado cada una de las incursiones de sus instrumentos, al tiempo que Haino descarga sus letanías, en algo que resulta una hermosa de construcción musical genialmente llevada a acabo por Haino y sus colegas.

Kokonoarika es un tema hermosa en el cual la resonancia en la guitarra de Haino deja una estela de vibraciones hermosas, el bajo toma una instancia más natural (natural bajo los estándares de los Fushitsusha, claro), y la batería a cargo de Ikuro Takahashi se integra en esta pieza de singular manera traduciéndose en una integración bastante armoniosa (armoniosa bajo los estándares de los Fushitsusha, claro), en algo que resulta un soft jazz de un universo bizarro.

En Imikuzushi el bajo se convierte en el elemento principal, Mitsuru permite sus notas resonar a la par que Haino se lo permite a su guitarra, por unos segundos, Mitsuru nos transporta al mundo de los Sunn O))), aunque el velo drone se disuelve muy pronto aquí, mientras que Bokuninatteiru resulta ser una dulce melodía surf de cabeza y con los pies arriba, probablemente el tipo de tema que uno escucharía mientras se divisa el ir y venir de las olas en alguna playa en Shiraham, eso, claro, si no hay Tsunami a la vista.

Un disco intenso, pero con una intensidad diferente, una intensidad que no necesariamente se basa en el volumen o en la velocidad de las piezas, sino en la pasión que Haino y compañía saben imprimirle a sus piezas y que desbordan en sus ejecuciones, bienvenido sea este prolífico año en la agenda de esta legendaria banda!


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